domingo, 10 de diciembre de 2017

El Neurofeedback y el estado de ánimo

¿Cómo dejo de estar triste o de tener cambios bruscos de humor?

En mis artículos he comentado varias veces la importancia de un diagnóstico, tanto clínico si el abordaje va a ser la psicoterapia, como medición si vamos a utilizar el Neurofeedback.
Además, en el caso de Neurofeedback también suelo hacer hincapié en que no es suficiente con medir, sino que hay que interpretar esas mediciones a nivel conductual y emocional, para que se pueda recetar un tratamiento correcto.


En una ocasión tuve un cliente al que le habían estado haciendo un tratamiento de Neurofeedback en otro centro y comentaba que desde que lo estaba recibiendo se encontraba cada vez peor. El entrenamiento que le estaban haciendo era el protocolo SMR, que para muchos técnicos de Neurofeedback es una panacea que usan en todos los casos. Después de medir a ese cliente constaté que, en su caso, el incremento de SMR estaba agravando sus síntomas, en vez de lo contrario.
A ese cliente le habían realizado una medición, pero no la habían interpretado, por lo que el tratamiento no era el adecuado.

Para interpretar una medición qEEG o miniQ, que es como se denominan las mediciones de la actividad cerebral, hace falta usar resultados de investigaciones o de otros clínicos que hayan realizado una gran cantidad de mediciones y hayan confeccionado una correlación enntre síntomas y mediciones.
Existen varios criterios muy probados y validados en la interpretación de las mediciones, pero, personalmente, me gusta utilizar más de uno para validar los resultados. No obstante, desde hace años que en el caso de las variaciones del estado de ánimo uso un único criterio, que me ha demostrado ser muy fiable en todos los casos que he tratado. Se trata del criterio Swingle, debido al psicólogo canadiense Paul G. Swingle, que ha sido uno de los pioneros en la historia del Neurofeedback.

Según este criterio las variaciones del estado de ánimo se manifiestan principalmente como la variación de la actividad en varias frecuencias en dos puntos del cerebro. Midiendo ambos puntos y comparándolos se obtiene el tipo de alteración que Swingle reducen a tres:
  • Depresión
  • Depresión reactiva
  • Variabilidad del estado de ánimo
Hay que puntualizar que no estamos haciendo un diagnóstico clínico, sino la constatación de unos síntomas presentes en el momento de la medición.

Cuando se detecta depresión con este criterio estamos hablando de la tristeza característica de un caso de depresión mayor, de ahí el nombre.
Cuando Swingle habla de depresión reactiva se refiere a un depresión secundaria debida a un trastorno de ansiedad.
Y la variabilidad del estado de humos se corresponde a cambios de humor, que pueden ser causados por la ansiedad o representar un episodio hipomaníaco o maníaco. Esto es muy amplio, así que en esos casos hay que afinar con un diagnóstico clínico.

Un inciso en este artículo, ya que uno de los puntos más importantes de este criterio, según el propio Swingle, es el de la depresión reactiva. Swingle comenta los muchos casos de clientes que llegan a su clínica tratados con antidepresivos para una depresión reactiva y las dificultades añadidas que supone curarlos por no llevar la medicación correcta.
Puedo decir que mi experiencia, aunque mucho menor que la suya que lleva décadas ejerciendo el Neurofeedback, es similar.

Espero que hayáis aguantado hasta aquí, pues este artículo me está quedando más técnico que la mayoría de los que escribo, pero os pido un poco de paciencia porque ya estoy acabando.
Y estoy acabando porque el tratamiento de Neurofeedback cuando hay una buena medición y una buena interpretación es la cosa más fácil del mundo.
Si se ha medido una diferencia significativa de actividad en las frecuencias y puntos claves relacionados con el estado de ánimo y se ha constatado que efectivamente esa sintomatología es la que más perturba al cliente, basta con programar un tratamiento de Neurofeedback que ayude a corregir este desajuste.

Quería acabar comentando que desde mi experiencia este es el tratamiento de Neurofeedback más rápido que suelo recetar. Mientras otros tratamientos pueden ser de más de 20 sesiones, con el del estado de ánimo nunca he llegado a las 10 sesiones, ya que los objetivos del tratamiento se alcanzan bastante antes.

Así que si os sentís tristes o con cambios bruscos de humor ahora sabéis que existe un tratamiento fiable, rápido e inocuo, para estabilizar vuestra situación.


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