jueves, 15 de noviembre de 2018

Midiendo la ansiedad a nivel cerebral

Los tipos de ansiedad

Todos sabemos lo que es la ansiedad, es difícil no padecerla en menor o mayor medida, ya sea en momentos concretos, en temporadas o, incluso, todos los días de nuestra vida.
Sin embargo, si observamos a los demás nos damos cuenta que no siempre la ansiedad se manifiesta de la misma manera. El estereotipo de persona ansiosa es aquella que parece que siempre va corriendo, que se precipita, que parece incapaz de estarse quieta. Pero no es la única manifestación de la ansiedad y de eso voy a hablar en este artículo.
No conozco ninguna asignatura de la carrera de psicología en la que se realice una tipología de la ansiedad, pero desde que empecé a realizar mediciones de la actividad cerebral con la técnica del qEEG he podido constatar que hay manifestaciones muy típicas de comportamiento ansioso, que están muy unidas a la mapas cerebrales concretos y es lo que pretendo contaros.


La ansiedad de tipo lento: hay personas que lejos de cumplir el estereotipo manifiestan su ansiedad comportándose con parsimonia, haciendo todo con excesiva meticulosidad, llegan siempre tarde y en general tienen muy poca capacidad de afrontamiento. En estos casos el qEEG muestra una actividad de ondas lenta excesiva en algunas áreas.

El pensamiento obsesivo: es una forma muy común de ansiedad, en la que nuestra mente no puede dejar de pensar, trabaja en bucles dándole mil vueltas al mismo pensamiento, con una canción que se nos atora en la mente y de la que no podemos librarnos, repasando una y otra vez algún acontecimiento pasado que no podemos dejar de revivir y revisar. El qEEG de estas personas muestra un exceso de ondas rápidas, pareciendo indicar que si el pensamiento va a mil, las ondas cerebrales también.


La impulsividad: es un tipo de ansiedad que se manifiesta como precipitación, tanto física como mental, con toma de decisiones poco sopesada y muchas veces inadecuada, torpeza y, en ocasiones, rallando en la agresividad pero en otras justo en lo contrario. En estos casos se encuentra en el qEEG una descompensación de las ondas rápidas, que aparecen en exceso en algunas localizaciones y en defecto en otras.

La incoherencia con las expectativas: es un tipo de ansiedad muy común pero que no se suele catalogar como tal, se da en personas que no son realistas respecto de lo que pueden esperar de sus acciones o de los demás, que esperan resultados positivos con cierta ingenuidad cuando la experiencia previa les demuestra que no es así, que se ven compelidos a emprender una acción, esperando que en esta ocasión funcione lo que no ha funcionado antes. En general son personas con muy pobre capacidad de afrontar el estrés y que pueden llegar a tener comportamientos adictivos. En su qEEG se ve un defecto de ondas lentas en algunas zonas.

La somatización y la sensibilidad: muchas personas con ansiedad sufren respuestas somáticas debido a la activación excesiva de su sistema autónomo, que van desde problemas de deglución, dolores musculares y contracturas, bruxismo, tensión tempo-mandibular, dolores de estómago, afecciones cutáneas, cefaleas o migrañas, etc. El culmen de estas molestias suele ser la presencia de ataques de pánico, con temblores, bajada de temperatura corporal, problemas para respirar y sensación de muerte inminente. Además, hay personas que tienen una sensibilidad excesiva, a las que molesta en exceso los ruidos y con muy bajo umbral de dolor. En todos estos casos se suele manifestar en el qEEG un exceso de actividad de velocidad intermedia muy representativa.



Debo decir que todos estos problemas, además de por terapia tradicional, hoy en día pueden tratarse por Neurofeedback, así que conviene saber qué nos ocurre realmente, cómo se manifiesta nuestra ansiedad a nivel de activación cerebral y ponerle remedio para conseguir que nuestra vida sea mejor.